La historia del S&P 500 comienza con 3 personas: Henry Varnum Poor, Charles Dow, y Luther Lee Blake.
En 1860, Henry Varnum Poor realiza el primer esfuerzo por proporcionar a los inversionistas información sobre la industria ferroviaria estadounidense, una industria floreciente en ese momento, y publica la "Historia de los ferrocarriles y canales en los Estados Unidos", esto desencadena un aumento en el conocimiento y el deseo de saber más. Para 1868, Poor’s Publishing (la compañía de Poor) estaba imprimiendo el "Manual de los Ferrocarriles de los Estados Unidos" proporcionando a los inversores información actualizada sobre los ferrocarriles estadounidenses. Esta guía era usada por los lectores para tomar decisiones ya que les permitía monitorear el desempeño de un ferrocarril.
En 1884, Charles Dow crea el primer índice bursátil. El índice, compuesto por 11 acciones, aparecía en un boletín informativo que era entregado por mensajeros a los suscriptores en Wall Street. En 1896, Dow crea el Dow Jones Industrial Average, proporcionando información financiera con una velocidad sin precedentes, y lo que hasta el día de hoy es uno de los índices más seguidos en el mundo.
En 1906, Luther Lee Blake funda la Oficina de Estadísticas Estándar (Standard Statistics) para proporcionar información actualizada sobre industrias que no son ferroviarias. Standard Statistics entrega tarjetas de índices con noticias actuales a los inversores, para complementar la publicación. Para 1913, tras varias expansiones y adquisiciones, Standard Statistics comienza a proporcionar aún más información financiera en sus tarjetas de índices.
En 1916, Poor’s Publishing emite su primera calificación crediticia, proporcionando a los suscriptores de su boletín informativo datos estandarizados y prospectivos sobre la solvencia de los emisores, y en 1922 Standard Statistics hace lo mismo, para luego en 1923 crear su primer índice bursátil, compuesto por 233 acciones el cual es publicado semanalmente.
En 1941, Standard Statistics y Poor’s Publishing se fusionan y crean Standard and Poor’s. La nueva organización aprovecha capacidades ampliadas en calificaciones crediticias, información empresarial e índices para atender a clientes en todo el mundo.
Y en 1957, se crea el índice S&P 500, el primero en ser generado por computadoras y en ser publicado diariamente.
Luego en 1966, McGraw-Hill Cos. (quienes eran dueños de Dow Jones Indices) compró Standard & Poor’s, y en 2012 combinó las operaciones de Standard & Poor’s con Dow Jones Indices para convertirse en el líder en índices bursátiles. En 2016, McGraw Hill Financial cambió su marca y pasó a llamarse S&P Global.
Una empresa elegible para la inclusión al índice S&P 500, debe cumplir con los siguientes puntos:
- Ser una empresa estadounidense
- Tener una capitalización de mercado de al menos $12,700 millones
- Sus acciones deben cotizar en el NYSE, Nasdaq o Cboe
- Al menos el 10% de sus acciones en circulación deben ser invertibles por el público general
- Sus acciones deben ser muy líquidas
- Debe ser rentable siguiendo los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (GAAP)
- La suma de sus ingresos en los últimos 4 reportes trimestrales consecutivos deben ser positiva
- Su último reporte trimestral debe tener ganancias positivas
El S&P 500 pondera (asigna) las acciones según su capitalización de mercado, asignando un porcentaje más alto a las empresas con las mayor capitalización de mercado y menor porcentaje a las de menor capitalización en relación al conjunto de acciones.
Por ejemplo, si todas las acciones tuvieran la misma capitalización, todas fueran ponderadas con el mismo porcentaje, pero si una llegara a incrementar su valor, entonces solo a esa acción se le incrementaría su ponderación y todas las demás se reducirían como consecuencia. Por eso es que mientras más grande sea la empresa, mayor será su peso dentro del índice y menor será el de las demás empresas.
A este método se le conoce como Ponderación por Capitalización, y cualquier índice que utilice este método se le conoce como Índice Ponderado por Capitalización.
El proceso es bastante simple de entender, aunque podría ser complejo de calcular. Primero se determina la capitalización de cada acción, esto lo hacen multiplicando el precio por acción actual por sus acciones en circulación. Luego se suman los resultados de todas las acciones para obtener la capitalización total del índice. Finalmente, para determinar la ponderación de una acción se divide su capitalización entre la capitalización del índice.
Para el S&P 500 se toman unos pasos adicionales, como calcular el Factor de Peso Invertible, en Inglés "Investable Weight Factor", esto lo hacen dividiendo las acciones en circulación disponibles para el público general entre las acciones en circulación de la empresa. También se ajustan las capitalizaciones de cada empresa para compensar desiciones corporativas como la emisión de acciones, splits, fusiones, etc. Luego se suman todos los factores y se dividen entre un factor que solo S&P Global conoce y el cual no divulgan públicamente.
Aunque la manera en que se pondera el índice ha sido motivo de elogios y críticas, en general ha sido una representación bastante acertada de la economía estadounidense. Esto es porque captura de una forma muy amplia las empresas líderes de casi todos los sectores e industrias del mercado, por lo que con el tiempo, se ha vuelto el indicador de preferencia para medir el estado de la economía. El hecho de que sus componentes se actualizan cada trimestre permite que se mantenga relevante frente a economistas, analistas e inversores.
Otras de las razones por las que el S&P 500 se ha mantenido relevante es porque los cambios en sus precios han reflejado los períodos turbulentos de la economía estadounidense, así como también la apreciación ha reflejado el crecimiento. Por esta razón muchos inversores también usan al S&P 500 como referencia para medir los rendimientos de sus propios portafolios.
Datos históricos diarios del S&P 500 (GSPC). Los datos mensuales reflejan el precio de cierre del último día del mes.
Datos históricos diarios del S&P 500 (GSPC). Los datos mensuales reflejan el precio de cierre del último día del mes.
El cambio de precio se calcula de mes a mes.
Datos históricos diarios del S&P 500 (GSPC). Los datos mensuales reflejan el precio de cierre del último día del mes.
El cambio de precio se calcula desde el precio del último día de enero hasta el último día de diciembre de cada año.
Quizás suene contradictorio, pero la mayor ventaja del S&P 500 muchas veces es citada como una desventaja: estamos hablando del método de ponderación. Es evidente que el índice se inclina desproporcionadamente hacia las empresas más grandes, dejando por fuera la asignación a empresas que podrían brindar una mayor apreciación.
Por ejemplo, Apple (AAPL) tiene una capitalización de mercado de casi $3 trillones de dólares, posicionándola de primer lugar en el índice con alrededor de 7% de asignación. Aunque es considerada una excelente empresa, su gran tamaño hace que sea más difícil e improbable que crezca a una mayor medida comparada con una empresa de menos de $300 billones (que todavía sigue siendo una empresa muy grande). Para referencia, más de 480 empresas tienen una capitalización por debajo de $300 billones, y sus asignaciones van de 0.7% a menos de 0.01%.
Hablando desde un punto de vista personal, no vemos esto como una desventaja sino como una característica. Al final, cada quien puede y debe sacar sus propias conclusiones.
Es probable que si estás invirtiendo, tengas exposición de alguna forma a este índice, al final estamos hablando de las mejores y más grandes empresas de Estados Unidos. Sin embargo, hay que considerar que estamos hablando de solo 500 empresas y que las mismas deben cumplir con ciertos requisitos para poder formar parte de este índice, por lo que un inversor que sostenga otras acciones podría encontrar observaciones contraproducentes al usar el S&P 500 como referencia.
Dicho esto, es común que el índice se utilice como vara medidora para comprar rendimientos de portafolios con una asignación diferente. Esto se hace bajo el argumento de que si el rendimiento del portafolio es menor al rendimiento del S&P 500 durante el mismo período, entonces hubiera sido una mejor decisión simplemente elegir al S&P 500, sobretodo después de calcular cualquier costo relacionado a la gestión del portafolio.
Sin embargo, la gran mayoría de inversores sostienen activos distintos a acciones, como bonos, metales preciosos, bienes raíces, y más recientemente criptomonedas. Por lo general, tratan de sostener activos con poca correlación a las acciones. Por esto, comparar el rendimiento de un portafolio diversificado con el rendimiento del S&P 500 podría ser irrelevante.
No se puede invertir directamente en el S&P 500 porque es un índice, no un activo. El índice lo que hace es dar seguimiento al cambio de precio en las acciones de las compañías y no proporciona una vía para invertir en ellas. La forma más eficiente de invertir en el S&P 500 es comprando un fondo que replique el movimiento del índice, estos fondos son llamados Fondos Indexados y pueden venir en la forma de Fondos Mutuos o ETFs.
Al final, el rendimiento que se obtiene por invertir en estos Fondos Indexados es el mismo que se obtendría si se invirtiera en el índice directamente, menos costos, comisiones, impuestos, y todo lo relevante a la compra de activos.