¿Pago mis deudas o empiezo a invertir?
Los tres pilares de unas finanzas personales saludables se pueden resumir en: mantenerse alejado de deudas tóxicas, ahorrar un porcentaje de nuestros ingresos e invertir consistentemente.
Suena fácil, ¿no? Aunque en la práctica no suele ser tan sencillo para la mayoría de personas, bien sea porque nunca aprendieron a gestionar y administrar su dinero de la forma correcta, tomaron malas decisiones económicas, pasaron por momentos difíciles y tuvieron que acudir a deuda, o muchos otros motivos. Las finanzas personales son todo un mundo y las situaciones individuales son completamente diferentes persona a persona, y cada una de ellas es una realidad propia.
Imagina esta escena: estás decidido a construir tu patrimonio y asegurar un futuro financiero estable mediante la inversión, pero al mismo tiempo, cargas con deudas. Esta situación plantea una pregunta crucial: ¿Deberías pagar tus deudas antes de invertir?, ¿o sería mejor invertir mientras pagas tus deudas poco a poco?
Como cada situación es un mundo, es difícil responder con exactitud sin saber los detalles. Especialmente porque depende en gran medida del tipo de deuda y la cantidad que se tenga, así como el perfil de inversión de cada persona. Sin embargo, hay ciertos parámetros que nos pueden ayudar a definir qué decisión tomar y qué nos conviene más.
Primero, lo primero
Independientemente de nuestro caso, sí existen un par de “reglas” a seguir incluso antes de determinar si vamos a priorizar pagar nuestras deudas o invertir, y esto incluye tener un fondo de seguridad/emergencias de entre 3 y 6 meses de gastos fijos, y salir de todas las deudas en tarjetas de crédito.
Sí, la deuda en tarjeta de crédito ni siquiera entra dentro de la ecuación de “salir de deudas o invertir”, porque nunca va a ser beneficioso para la persona tener un saldo en tarjetas de crédito, así sea muy agresiva invirtiendo.
Esto es porque las tasas de interés de las tarjetas de crédito son tan elevadas, que ninguna inversión nos va a dar un retorno superior a ellas y consecuentemente estaríamos perdiendo dinero de forma efectiva. Si tu tarjeta de crédito tiene una tasa de interés de 27% y tus inversiones tuvieron un rendimiento extraordinario del 20% (que no es lo normal), de forma efectiva estás perdiendo 7%.
Con respecto a nuestro fondo de emergencias, la cantidad de dinero va a depender de nuestra situación particular. Si tenemos hijos u otros dependientes, si nuestros ingresos no son predecibles o estables, o si tenemos una situación inestable en general, vamos a querer irnos un poco más por el lado conservador y tener al menos 6 meses de gastos fijos ahorrados.
Pero si nuestra situación es un tanto más predecible, nuestros ingresos son muy estables y no tenemos dependientes, podemos estar tranquilos con unos 3 meses y de ahí priorizar otras metas, como el pago de deudas e invertir.
Entonces, antes de plantearnos empezar a invertir o salir de deudas más allá de tarjetas de crédito, es obligatorio contar con algo de ahorros para nuestra tranquilidad y paz mental. Te impresionaría saber la cantidad de personas que nos han compartido historias de terror y cómo por un imprevisto su situación financiera empeoró de forma radical, y meses o hasta años más tarde no han podido recuperarse debido al nivel de deuda incurrido y sus respectivos intereses. La vida viene con muchas sorpresas, y depende de nosotros estar preparados para ellas.
Después de tener estos dos puntos listos, es cuando podemos empezar a analizar nuestra propia situación para determinar si deberíamos salir de nuestras deudas o invertir (más de lo que estamos haciendo).
El tipo de deuda y tu perfil de inversión
Asumiendo que ya tenemos nuestro fondo de tranquilidad, seguridad, emergencias (o como lo quieras llamar) y que no tenemos deudas en tarjetas de crédito, es momento de definir si es mejor saldar el resto de deudas que tenemos o invertir.
Para esto, debemos saber el tipo de deuda que tenemos y el interés de cada una, así como nuestro perfil de inversión. ¿Por qué? Porque estos dos factores son lo que van a determinar si debemos hacer una cosa o la otra.
En líneas generales, si el interés en nuestras deudas es inferior al retorno que podemos esperar a largo plazo de nuestras inversiones, conviene invertir en vez de salir de deudas.
Por ejemplo, si nuestro perfil de inversión es moderado y esperamos un retorno anual compuesto a largo plazo de alrededor de 6% neto (que va acorde a este perfil), tendría sentido enfocarnos en pagar nuestras deudas que superen dicho rendimiento.
Si tenemos un préstamo de carro con un interés anual de 9%, conviene priorizar pagarlo y luego enfocarnos en invertir. Esto no significa dejar de invertir en su totalidad para pagar nuestro carro, ya que el tiempo es el factor más importante en nuestras inversiones, sino cambiar un tanto la dinámica en la prioridad de nuestras acciones para nuestro propio beneficio.
Si pagamos $400 al mes en nuestro préstamo de carro y estamos invirtiendo $300 en nuestra cuenta de retiro (como un 401k o una IRA) y $200 en una cuenta de inversión regular, puede ser prudente seguir con nuestras inversiones para el retiro, pero todo el dinero adicional que ahora se está yendo a la inversión, destinarlo a pagar nuestro carro y salir de eso cuanto antes ya que a la larga tendremos un mejor retorno por nuestro dinero.
Por otro lado, si tenemos una deuda de préstamo estudiantil a una tasa de 4% anual, puede ser conveniente pagarlo bajo el plan original y priorizar la inversión, ya que en la vida del préstamo podremos obtener un beneficio neto de alrededor 2% anual compuesto, lo cual puede tener un impacto importante al cabo de varios años.

Ahora, si nuestro perfil de inversión es conservador y estamos cerca de llegar a la edad de retiro o estamos en plena edad de retiro, es normal que queramos salir más rápido de las deudas que tenemos, a pesar de que tengan intereses más bajos. Aunque en el mundo ideal, si estamos cerca de la edad de retiro, a este punto no deberíamos tener ningún tipo de deuda.
Pero si tenemos un perfil agresivo y un horizonte de tiempo de más de una década, y a su vez tenemos un préstamo cuya tasa de interés es 9% anual, podría ser una mejor decisión financiera seguir invirtiendo a medida que pagamos el préstamo. Y queremos hacer énfasis en “podría”, porque en las inversiones no hay retornos garantizados. Es posible que podamos obtener un mejor retorno invirtiendo, pero no hay garantía de ello.
Es aquí cuando debemos también poner sobre la balanza otros factores como la probabilidad de éxito de nuestras inversiones a largo plazo, que debería ser bastante elevada si invertimos de la forma correcta, así como el efecto psicológico que tendría en nosotros el tomar una vía o la otra.
Si el préstamo tuviera una tasa de interés superior al 10%, la mejor decisión es priorizar pagarlo.
Por otro lado, si hablamos de deuda como inversión, como por ejemplo préstamos hipotecarios en propiedades, puede ser prudente a nivel financiero querer mantener esta deuda por el mayor tiempo posible a medida que las mismas están siendo pagadas por sí solas a través de las rentas, y utilizar nuestro propio dinero para seguir invirtiendo.
Cabe resaltar que suele llegar un punto donde las personas quieren terminar de saldar todas las deudas, a pesar de no ser “la mejor decisión financiera”, y vamos a ver el por qué en un momento.
¿Dejar de contribuir a mi 401(k)?
El ahorrar e invertir para nuestro retiro es algo que deberíamos empezar a hacer lo más pronto posible, y para la mayoría de personas empleadas, la vía más directa para esto es a través de un 401(k).
Si estamos contribuyendo a nuestro 401(k) y nuestro empleador nos ofrece un “match”, debemos considerar seguir aportando a pesar de estar apenas comenzando nuestro fondo de emergencias o si estamos en medio un plan para saldar deudas (incluyendo de tarjetas de crédito).
Esto porque al tener un “match" por parte de nuestro empleador, estamos obteniendo un retorno del 100% de forma inmediata sobre nuestro dinero sin contar el potencial de crecimiento a largo plazo, y esto es un retorno que ni una deuda en tarjetas de crédito puede superar.
Si nuestro empleador nos brinda un “match" del 100% sobre hasta el 3% de nuestras contribuciones, vale la pena destinar ese 3% de nuestros ingresos a nuestro 401(k) y recibir un 3% adicional. Ese es un retorno instantáneo del 100% de nuestro dinero.
Más allá de eso, debemos enfocarnos en armar nuestro fondo de emergencias y pagar nuestras deudas en tarjetas de crédito.
El beneficio psicológico de salir de deudas
Aunque a nivel financiero siempre suele haber una mejor decisión que otra, una de las mayores razones para priorizar salir de deudas en vez de invertir es la tranquilidad mental y la paz que esto representa.
Es muy posible usar la deuda como herramienta de apalancamiento y que en el futuro nos ayude a generar más dinero; pero como todo, esto conlleva sus riesgos. No hay apalancamiento 100% libre de riesgos y en su mayoría, las personas que “lo han perdido todo” en crisis financieras es a consecuencia del apalancamiento.
No es lo mismo tener 10 casas y ser dueño realmente del sólo 10% de cada una, que tener 3 y ser dueños al 100%, el riesgo es incomparable. En el momento de una crisis o que las cosas no salgan bien, la persona dueña del 100% de la propiedad tiene mucha más flexibilidad.
Claro que, es más fácil ser dueño del 10% de 10 casas, que el 100% de 3 y te pueden dar resultados similares. Por eso el apalancamiento es tan atractivo y puede funcionar muy bien.
Pero es un hecho que no todos tenemos la misma gestión ni tolerancia al riesgo. Es por esto que, a pesar de poder ser una mejor decisión financiera mantener una deuda hasta el último momento posible y en paralelo invertir, hay quienes prefieren salir de deudas en un 100% por motivos de tranquilidad y poder dormir mejor por las noches. A esto es imposible ponerle un precio y es una decisión completamente personal.
Conclusión
Cada persona tiene tipos de deuda, perfiles de inversión, horizontes de tiempo, situaciones personales y objetivos diferentes, y por ende, es necesario hacer un análisis propio para tomar una decisión adecuada respecto a nuestra propia situación, y así poder determinar si es más conveniente priorizar el salir de deudas o invertir más. Lo más importante es que estés tomando una decisión informada y que sepas que es la apropiada para ti.
Dicho esto, las bases de las finanzas personales son iguales para la grandísima mayoría de personas. Así que independientemente del caso, la mayor prioridad de todos debe ser tener un fondo de emergencias/seguridad sólido, mantenerse completamente alejado de deudas de tarjetas de crédito y productos similares y empezar a invertir para nuestra jubilación cuanto antes.